Como nos podemos reconstruir desde el dolor
¿Qué nos ocurre en el dolor? Para comenzar, el dolor puede surgir desde la emoción (como ejemplo, la pérdida de alguien querido) y la biología (un golpe), pero en ambos casos su duración es temporal, este no es permanente, pero la mente nos confunde al hacernos creer que el dolor continuará, cuando realmente lo que nos queda es un estado de ánimo emocional, llamado sufrimiento, el cual efectivamente puede durar lo que decidamos, a diferencia del dolor (el cual no elegimos), nosotros elegimos sufrir o dejar de hacerlo.

La razón de este blog es poder compartir con ustedes un aspecto del dolor, el cual no tiene que ser disfuncional, sí logramos encauzar lo que nos quiere decir, logramos afrontar el quiebre de una forma que nos ayuda a resolver y no a estancarnos, dándole paso a múltiples espacios de transformaciones, pero sobre todo de un camino menos doloroso, despertando nuestra consciencia de que nuestro estado presente puede ser moldeado por nosotros mismos, sin importar o intentar controlarlo todo, pues al tratar de hacerlo solo nos produce impotencia, frustración, pero sobre todo una profunda resignación que no repara; si comenzamos por aceptar que las cosas son como son, podremos descubrir el “¿para qué?” de lo que nos esta ocurriendo, permitiéndonos aprender de cada una de las situaciones que nos lleva a estos estados emocionales de sufrimiento tan profundos, producidos por aquellas culpas que no nos dejan estar tranquilos.



De entrada ¿qué nos causa dolor? Como les dije, el dolor es inevitable, estará presenta en nuestra vida, ya sea físico o emocional, pero siempre expresado por nuestro cuerpo, desde luego tu cuerpo reaccionará ante un golpe, una herida o la pérdida de un ser querido, ya que al instante se inicia un proceso con múltiples señales; de forma personal te compartiré, que cuando murió mi padre, al recibir la noticia me llegó una reacción física, me costaba respirar, literalmente me dolía el pecho, me sentía débil, incluso no tenía percepción del espacio-tiempo, lo cierto es que este dolor paso, quedándome realmente en un estado emocional de sufrimiento, el cual tampoco es malo sentir, somos humanos y desde luego se vale sentir todas las emociones, las cuales son expresadas con el cuerpo, por eso lloramos, gritamos, dormimos, etc., toda emoción siempre buscaran una forma de salir, incluso estas podrán producir cascadas de emociones tales como enojo, tristeza, culpa y muchas más, pero ¿qué nos dicen?.
Cada emoción siempre nos devela algo de nosotros mismos, pero lo importante es aceptarlas, darles la bienvenida, no resistirte a ellas, dándoles pie a expresar aquel mensaje que nos vienen a entregar, al reconocer que la tristeza nos muestra aquellos vacíos que solo nosotros podremos llenar, para así conocer la verdadera alegría; la culpa nos revela nuestros límites, pero sobre todo, cuando es momento de cambiar nuestras normas y transformarlas en lo que realmente queremos de nuestra vida, poniéndonos en primer lugar y buscando siempre el mayor bienestar personal; el enojo nos permite darnos la oportunidad de reafirmarnos en nuestra vida, sin imponer, respetando a los otros como legítimos otros, como verán las emociones nos develarán algo siempre, si quieres saber más de estas, escucha nuestro Podcast de emociones, donde hablamos un poco más de ellas.

El oponernos al dolor y al sufrimiento solo nos lleva a la represión, pensando que todo ya está bien, pero la realidad no tarda en llegar y te lleva a resentir nuevamente las cosas, llegarás a la encrucijada de las preguntas sin respuestas, incluso buscarás culpables o los hubieras de la vida, lo que invariablemente te llevará a tocar fondo, aceptando que la vida no siempre es como queremos, que nos regalara muchos NO, pero también habrá muchos y mejores SÍ, dándole otra oportunidad a lo que nos toque vivir en la vida, saliendo del dolor, resurgiendo una y otra vez, las veces que sean necesarias. Lo cierto es que esto no es malo ni bueno, solo es la vida misma, la cual nos ofrece la posibilidad de mirarla como decidamos hacerla, por ejemplo, yo elijo verla como tal cual es, no espero la promesa de una vida sin dolor o de color rosa, pero si espero lo mejor de ella en cada momento.

Desde el dolor y las emociones que nos produce, podemos reconstruirnos, aprendiendo de ellas, descubriendo lo que nos hacen sentir, pero sobre todo regalándonos el auto reconocimiento de lo que somos, lo que queremos, lo que merecemos, permitiéndonos soltar, avanzar y construir mejores tiempos presentes en nuestra vida, pues quien aprende de estas situaciones, aprende a vivir la vida tal cual es.
De esta forma nos reconstruimos del dolor, no implica que sea la única manera de encontrar la transformación necesaria que requerimos para un mejor estado de vida emocional, pero si es el factor más fuerte que nos puede obligar a comprender el cambio y afrontarlo, demostrándose que aquello a lo que tanto le temíamos, sucedió y seguimos vivos, más fuertes que nunca, porque lo cierto es que no todo es tan inesperado y que regularmente son aquellas situaciones que están fuera de nuestro control, pero que ya intuíamos. Una de las más grandes distinciones y lecciones de vida radican en reflexionar en lo que sí está en nuestro control y lo que no, de esta surge la más grande aceptación de la vida.
Hay una frase que me encanta de la película EL ESTORNINO (Dir. Theodore Melfi, 2021)y esta dice así: “Hay cosas fuera de nuestro control, mientras más pronto entiendas cuales son, más rápido las puedes dejar ir.”
Para concluir, el dolor es parte de la vida, pero el sufrimiento lo elegimos nosotros, así como el tiempo y duelo que le demos a las situaciones, si te encuentras en una situación que te produce dolor, analiza lo que está ocurriendo, permite la entrada a las emociones y encuentra los motivos de cambios que requieras, comienza a soltar y continua, pues lo cierto es que sigues vivo y esto aún no se acaba.
Si necesitas ayuda, puedes contar con nosotros, en IMCRESE podemos acompañarte en aquellos cambios que requieras para tu desarrollo personal, escríbeme y platiquemos.
Carpediem.
JCFranco