LA EXPECTATIVA DE LOS EMPRESARIOS

Cuando hablamos de servicios intangibles como lo es la consultoría, muchos empresarios la piensan dos veces, uno, porque no están dispuestos a hacer un gasto innecesario, o bien, porque “si las cosas están bien, para que cambiar”.
O dos, podemos caer en el supuesto de que el empresario que busca ayuda profesional lo haga con la intención de que con su varita mágica logre incrementar las ventas y reducir los costos de sus bienes o servicios.
Con estos ejemplos podemos identificar como las expectativas de los empresarios, si bien tiene una lógica, en todos dejaron de pensar y actuar como cuando llevaron a cabo la construcción de su empresa y lo innovador que se volvieron para que todo resultara como lo habían imaginado, porque quizá no todo lo planearon y ejecutaron con base en un plan maestro.
Seguramente, no han observado cómo la empresa requiere conocimientos frescos que le hagan identificar procesos más eficientes y menos burocráticos, determinando al menos requerimientos específicos de mejora en alguna de las áreas de las que esta conformada la empresa, no importando su tamaño.
"...no han observado cómo la empresa requiere conocimientos frescos que le hagan identificar procesos más eficientes y menos burocráticos..."
Estos procesos pueden involucrar al recurso humano, a los clientes, a los productos, a los tiempos de respuesta, o siempre y sencillamente a las capacidades de la empresa para abordar nuevos productos/servicios o nuevos nichos de mercado.

Se dice que la consultoría debe ser de bajo costo y alto impacto, pero ¿qué hay detrás de esa simple concepción del servicio?
Desde hace mucho tiempo se ha reconocido a la consultoría de empresas como un servicio profesional de gran utilidad para ayudar a los directivos de las organizaciones a identificar y definir los principales problemas que afectan a sus organizaciones para alcanzar sus propósitos fundamentales, sus objetivos emanados de la misión y trazados a través de la visión, analizar las causas que lo provocan, identificando las causas raíz y proyectar acciones para su corrección o mejora, y que estas se implementen.
La labor actual del consultor como “agente de cambio”, implica la transferencia de conocimientos, Know How y la capacitación del personal de las organizaciones, de forma implícita o explícita.
La acción del consultor actual y el enfoque que generalmente se utiliza tiene como finalidad apoyar intensa y temporalmente a las organizaciones a realizar este proyecto y no ejecutarlo por sí mismo, de tal forma que sus directivos y trabajadores adquieran conocimientos y habilidades que lo conviertan en un verdadero consultor interno en un proceso de mejora continua de los procesos y los consecuentes resultados.

El proceso de consultoría es una actividad conjunta del consultor y del empresario destinada a resolver un problema concreto y a aplicar los cambios deseados en la organización del cliente. Este proceso tiene un comienzo y un fin. Entre esos dos extremos, el proceso se puede subdividir en varias fases básicas, lo que induce al consultor y al cliente a ser sistemáticos y metódicos y a pasar de una fase a otra y de una operación a otra, siguiendo una secuencia lógica y temporal.
El proceso de consultoría puede variar de consultor a consultor, pero la metodología al menos debe cubrir las siguientes fases:
Iniciación (preparación inicial)
Diagnóstico
Presentación de hallazgos
Plan de acción
Implementación
Evaluación e Informe final

El éxito en sí dependerá de las competencias y el compromiso que seamos capaces de ayudar a desarrollar, la participación de los trabajadores y Directivos de la organización. Al final, los resultados no solo serán la transmisión del conocimiento, la formación y la adquisición de competencias, sino los resultados de los cambios cuantitativos y cualitativos que estas provoquen dentro de la organización.
El éxito en sí dependerá de las competencias y el compromiso que seamos capaces de ayudar a desarrollar, la participación de los trabajadores y Directivos de la organización.

A la pregunta inicial de ¿cuál es la expectativa del empresario?, la respuesta bien podría estar enfocada a la adquisición de nuevos conocimientos que le permitan actualizar los procesos productivos y administrativos con la finalidad de darle a la empresa otro empuje a través de la renovación, o reinvención, lo cual permeará en el clima organizacional, en el ambiente de negocios y en la capacidad de gestión por parte del empresario.
La intervención empresarial bien podría basarse en la filosofía de bajo costo y alto impacto, pero cuando desconocemos la salud de nuestra empresa y no hemos hecho nada por innovar o mejorar los procesos, seguramente los resultados no serán los esperados y por ello, el proceso de consultoría no cubrirá las expectativas del empresario.
¡Hasta la próxima!
AGVera
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