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LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS VENCEDORES

¿Quiénes no hemos escuchado la frase “La historia la escriben los vencedores”?


La frase es tan dura que no conocíamos el origen, ¡ahora lo sabemos!, se debe a que fueron resilientes.


El término proviene del campo de la ingeniería, donde la resiliencia es la unidad que mide la capacidad que tienen los materiales de recuperar su antigua forma después de haber sido deformados por una presión externa. Deriva del latín resilire 'rebotar'.




Una organización o empresa, no importando su tamaño, tiene resiliencia cuando posee la capacidad de resistir a la incertidumbre, a las crisis, a los cambios, así como a las condiciones adversas de su entorno que le permiten aprender de estas experiencias aprovechándolas como guía hacia el perfeccionamiento y no sólo como mecanismo de supervivencia.


El motivo principal del cierre de las empresas es que no se vende todo lo que se esperaba. Esto sugiere la incapacidad para conseguir suficientes clientes como para mantener la empresa y hacerla crecer en el tiempo. Todas las empresas se enfrentan a esas adversidades y unas consiguen llegar a sus objetivos a pesar de ello.


Hay que tener coraje y comenzar a rechazar las explicaciones que echan las culpas siempre fuera de nuestra empresa.

Las crisis económicas dan lugar a la regeneración empresarial, a una supervivencia del más apto similar al ciclo de la evolución propuesto por Darwin. El fracaso de la mayoría de los negocios se debe a la falta de asesoría adecuada en los temas que no son la esencia de la empresa, porque no es una obligación de los dueños y directores ser expertos en todos los temas concernientes a la gestión, administración y operación de una organización o empresa.


La literatura reconoce 2 tipos de declive organizacional: declinación con estancamiento (stagnation) y declive por reducción. El primero se encuentra en organizaciones burocráticas, pasivas e insensibles. El declive por estancamiento puede o no ser resultado de pérdida en las utilidades y es más frecuente encontrarla en periodos de abundancia o durante periodos en los que el entorno contiene pocos competidores. Por otro lado, el declive por reducción se define en términos de tamaño y en función a una reducción en la participación de mercado o una reducción en la habilidad de la organización para competir con otras empresas en el mismo sector.





Las tres características de las personas y las organizaciones resilientes son:


Aceptan la realidad: existe la falsa creencia de que es la gente optimista la que supera las dificultades. En realidad, el optimismo sistemático sólo conduce a continuos choques de realidad. Las organizaciones y personas resilientes son las que saben ver la realidad tal y como es, a menudo en toda su crudeza. En cuanto al liderazgo, implica comunicar con transparencia, informar de la situación real.


Encuentran sentido: saber extraer lecciones existenciales de las situaciones más comprometidas. Es importante que la organización cuente con un sistema de valores sólido. Los valores generan sentido porque ofrecen maneras de interpretar y encauzar los acontecimientos. Las organizaciones más resilientes son las que cuentan con los sistemas de valores más estables y compartidos.


Son capaces de improvisar: saber hacer el máximo con lo que se tiene a mano. Ver posibilidades donde los demás sólo ven confusión. Ahora bien, la improvisación más efectiva es la que se elabora sobre la base de unas normas y unas rutinas sólidamente fijadas.




Sabiendo todo esto ¿Eres capaz de escribir tu historia?


Saludos,

AGVera.





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