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Nueva Normalidad: Los tiempos de cambio y la transformación


La Pandemia ha cambiado el mundo y con ello la forma en que lo conocíamos, estamos ante la transformación más importante de nuestra época, donde los resultados son responsabilidad nuestro y de nadie más, para ello necesitamos encontrar esas nuevas formas de ver los retos que se nos han presentado, a nadie le preguntaron si estábamos preparados para los cambios que se han presentado en el mundo, el cual ya cambió y seguirá cambiando, los sistemas que conocíamos se encuentran en un cambio constante y transformándose y adaptándose ante las nuevas prácticas en que percibimos la vida, haciéndole frente a la incertidumbre que está a nivel global, lo que nos ha llevado a cambiar nuestras acciones, pero no solo dichas acciones, sino incluso está requiriendo un cambio más profundo de la persona que somos y seremos. El reto ya no proviene del exterior, proviene de nosotros mismos, en nuestros resultados y acciones.




Pareciera que las exigencias de la época nos han superado, pero lo cierto es que no ha sido así, desde hace más de 10 años se han construido teorías y metodologías que advertían los cambios actuales, la transformación fue advertida, como ejemplo claro de esta advertencia hemos de encontrar a un Coach, expositor, sociólogo, filósofo y escritor, Rafael Echeverria, el cual nos habla la forma que tenemos los seremos humanos en la forma particular del propio ser, la forma particular que tenemos todos y cada uno de nosotros de interpretar el mundo y como ha cambiado.


"...lo único constante es el cambio para llevar a la transformación a las personas..."




Los retos bajos los cuales nos queremos hacer cargo no son los cambios externos del mundo, sino del propio ser, como podremos ver históricamente, desde la década de los 80 el coaching ontológico se ha hecho cargo de las cuestiones más íntimas de los seres humanos, preparándonos para responder las incertidumbres actuales, las cuales han sido marcadas por una creciente ola de cambios, señalando que lo único constante es el cambio para llevar a la transformación a las personas, los cuales fueron analizados y estudiados con patrones del desarrollo del cambio, los cuales solo eran alterados por aquellas situaciones excepcionales, pero jamás se pensó en los cambios de cambios de aquellas situaciones excepcionales, que fueron alterando todo los pronósticos, incluyendo la velocidad del cambio, agregando desafíos asociados a las nuevas transformaciones.





Los factores que contribuyeron de forma acelerada al cambio y a las transformaciones fueron diversos, entre ellos la globalización, el uso exponencial de fuentes de energía, el uso indiscriminado de la expansión de libertad individual, la conectividad que nos brinda la tecnología, logrando efectos masivos y de revolución permanente en el mundo, disolviendo la estabilidad, generando escenarios nuevos y futuros inciertos, volviéndose una espiral infinita imparable y a una velocidad inalcanzable para muchos, creando escenarios cada vez más complejos, llevando a las personas a la obsolescencia ante cambios tan rápidos, generando procesos creativos e innovadores que solo responden ante el voraz cambio globalizado que hemos generado, pero no haciendo cargo del problema real, del que verdaderamente importante y esos son las personas, nuestras familias, nuestros compañeros de trabajo, nuestras empresas, nuestras instituciones, nuestros valores y convicciones.




Sin embargo el problema más serio aquí planteado no proviene de esos factores, ni del cambio voraz generado de Forma globalizada, proviene de nosotros mismos, no quiere decir que no estemos obligados a accionar ante los cambios planteados, desde luego que tenemos que estar presente y atendiéndolos, pues eso no lo detiene nadie, pero lo que podemos hacer es adecuarnos a estas alternativas, la forma en que estamos afrontándolas, y eso es lo que no habíamos visto, dejamos a un lado de preparar a las personas y asumimos que los sistemas y la tecnología lo haría por nosotros, pero solo se han provocado olas masivas de obsolescencia, pues dejamos de atender a la persona en sí misma, de su ser, la forma en que debemos aprender a aprender, desaprendiendo y adaptándonos a las circunstancias humanas, atendiendo nuestras capacidades, cambiando nuestras acciones, revisando nuestros resultados y si necesitamos de alternativas más profundas, cambiaremos al observador que somos y qué queremos ser, logrando con ello las capacidades y aptitudes de respuestas que hacen falta en todos los ámbitos de nuestra vida.


La exigencia de la época más importante es atender ese sentido de vida, encontrando nuestras respuestas y con ello hacerle frente a la incertidumbre que hemos creado.


Atendiendo ese sentido de vida, ¿que nos mueve actualmente?, acaso serán las redes sociales, viviendo la vida de otros, tomando como ejemplo las celebridades, los influencers, el consumismo que nos inunda, que nos lleva a buscar esa vida de éxito, pero a la vez hemos perdido la capacidad de poder definir nuestro propio éxito, perdiendo de vista nuestra propia vida, dejando a un lado nuestra propia responsabilidad, enejando nuestra propia

vida a otros, concediendo a la diversión y distracción el sentido de nuestras vidas, convirtiéndonos víctimas consensuadas por nosotros mismos, dejando de reflexionar y esperando a que nos digan que hacer, llevándonos a caminos de frustración y depresión, por aquello de lo cual no nos queremos hacer responsables, y eso es de nuestra propia vida.




CAMBIOS Y POSIBILIDADES



El cambio externo no depende de nosotros, son situaciones incontrolables a nuestra persona, un claro ejemplo de esto es la Pandemia que se está viviendo en estos tiempos, lo que ha llevado a una ola de cambios, pareciera un efecto dominó, donde fueron cayendo pieza a pieza, derivada de la acción de un virus que mutó del gen animal al gen humano, causando efectos de grandes magnitudes, logrando cambios económicos, sociales, familiares, tecnológicos, entre muchos tantos que hoy se siguen mostrando, como les dije pieza a pieza van cayendo y pareciera que aún no terminan de caer las fichas y sus efectos.



Definitivamente los cambios externos que estamos viviendo, han llevado a transformaciones incesantes en todos los sistemas, los cuales nos exigen nuevos cambios, pero estos cambios deberán ser internos, es decir, esos que se encuentran en tu zona de influencia, esos que si depende de ti, aquellos que te han llevado a buscar esas herramientas que te permitan apoyarte ante la nueva forma de vida, pero estos cambios requieren de perspectiva, aquella que amplié tu visión de encontrar nuevas formas de hacer las cosas, nuevas formas de pensar, aprender a sentir, aprender de ti mismo.




Los cambios internos gozan de una fuerte conexión poderosa entre lo que piensas, dices y haces, donde encuentras las respuestas, lo que verdaderamente necesitas, quieres y a lo que si estás dispuesto accionar, entramos a terrenos donde debes descubrir que lo único que está bajo tu control son tus acciones, tus pensamientos, tus emociones, tu estado emocional, tu disposición, tu propia motivación y por lo tanto tus resultados, pero para ello deberás conocer lo que sí está bajo tu control y lo que no, a esto le llamamos el círculo de influencia, tal cual nos lo señala Steve Covey en Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas.


Quien se resiste al cambio vive en una constante crisis, quien está dispuesto a adaptarse al cambio supera cualquier cosa.

Me despido con las siguientes preguntas:


¿Qué cambio en ti ante esta situación? ¿Qué estás dispuesto a cambiar? ¿Qué estás dispuesto a afrontar? ¿Aun continuas en crisis?


Escríbeme y desde IMCRESE te podemos acompañar ante esta nueva normalidad.


Carpediem..


JCF






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