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REALIDAD DE LAS MiPyMEs

Según los resultados de los Censos Económicos 2019 presentados por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en México existen 6’373,169 establecimientos los cuales ocupan a poco más de 36 millones de personas.


Los establecimientos siguen siendo predominantemente micronegocios; emplean a 4 de cada 10 Personas Ocupadas y generan 15 de cada 100 pesos del Valor Agregado Censal.


Sin duda el año 2020, ha sido el año con mayores retos empresariales, donde la adopción y uso de las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC’s) fue sinónimo de supervivencia, los empresarios micros y pequeños (en su mayoría) se dieron cuenta de la importancia de coexistir en un mundo globalizado donde no solo el pez grande se come al chico, sino también las condiciones de competencia que son un diferenciador importante para no desaparecer.


La pregunta se centra en ¿por qué las empresas no implementaron algo a la primera llamada del lobo? (esta primera llamada fue en noviembre de 2019).



La respuesta puede ser muy simple o compleja. La simple se basa en que a este segmento de empresas les interesa primero desarrollar negocio, contar con un soporte financiero y después, “si lo necesitan”, profesionalizar su empresa, el clásico “¿si está bien, para qué cambiarlo?”. Son empresas que regularmente no prospectan al futuro que pueden contar con una misión no acorde a lo que hacen y en donde se desarrollan, adicional a una visión inalcanzable que fue redactada solo para “no dejar”.


En cuanto a la parte compleja puede tener muchas aristas: la carencia o mala aplicación del desarrollo de una estrategia de negocio, realizar benchmarking, estudios de mercado, capacitación continua tanto para los directivos como para el recurso humano en todas las áreas, apoyos de financiamiento para el crecimiento, así como el desarrollo de sistemas informáticos internos y de e-commerce.


Adicionalmente, los problemas mezclan dos enfoques del ambiente empresarial: externo e interno. El externo se caracteriza por problemas que son del tipo macroeconómico y en donde las empresas no tienen influencia en su solución; mientras que el interno, se caracteriza por problemas derivados de la gestión del negocio y del sector económico al que pertenecen, donde la empresa es responsable de su solución y mejora.





Es aquí donde la importancia de redefinir el liderazgo y centrarse en productos y servicios estratégicos, así como enfocarse y promover la innovación hace más certero mantener la rentabilidad de la empresa.

Hay que ser conscientes en aplicar una metodología para trabajar de manera efectiva en un contexto acorde a la realidad, en donde hay que considerar 4 enfoques: las personas, la estructura, los procesos y la tecnología.



"...hay que considerar 4 enfoques: las personas, la estructura, los procesos y la tecnología."

LAS PERSONAS:

1. Inculcar una cultura inclusiva y de protección al colaborador

2. Aprender a liderar, no micro-gestionar, a la distancia – impulsar la productividad


LA ESTRUCTURA:

3. Diseñar una estructura organizacional simple, efectiva y orientada a resultados


LOS PROCESOS:

4. Definir nuevas rutinas y cadencia de gestión

5. Enfocarse en interacciones productivas

6. Crear fuentes únicas de información, accesibles para todos


LA TECNOLOGÍA:

7. Usar la tecnología correcta para el problema




Atender las necesidades de digitalización de la empresa y del talento logra un impacto positivo en la organización y la industria.


Saludos.

AGVera



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